El problema del robo de identidad en Australia es tan grande que por eso el Estado de New South Wales (NSW) pretende invertir una buena parte de su presupuesto en máquinas de reconocimiento facial para cualquier persona que solicite una licencia de conducir o una tarjeta de identificación. Lo que hace la máquina es medir la distancia entre ojos, boca y nariz y la compara con otras personas que tienen las mismas medidas, en caso de encontrar medidas muy similares levantará una bandera para que las personas a cargo pongan mas atención al solicitante de documento. De lo que si pueden estar seguros es que el precio de la licencia no aumentará pero servirá para detener la ola delictiva que ahi y en otros países existe.