Una de las cosas buenas que salieron en la pandemia es que las empresas pudieron enfocarse a cosas a las que normalmente no le daban importancia. Por eso el fabricante automotriz británico Rolls-Royce ha podido darle atención a las casi 250,000 abejas que tienen en seis colmenas alrededor de la planta.
Se produce una miel, que no se vende, sino que se utiliza para ofrecérsela en botanas y tés a los clientes que visitan la planta para saber como va su pedido.
Un privilegio del que solo unos cuantos pueden disfrutar.