La naturaleza todavía tiene muchos trucos que mostrarnos y los cangrejos aunque son animales muy pacíficos pueden ser maestros envidiables. Tomemos el caso del Quitosan que encontramos en sus conchas y que al hacer un poliuretano con esa sustancia para pintar nuestro automóvil le da la propiedad de autorepararse. Es decir, si alguien pasa con unas llaves raspando nuestra pintura del auto bastará con sacarlo al sol por una hora para que comience a sanar la raspadura. Aun continúan las pruebas para saber que tan grande puede ser la raspadura para que pueda repararse sola, lo que si se sabe es que una vez reparada si se vuelve a rayar en el mismo lugar ya no funciona por segunda vez. No hay ni fecha de salida de la pintura y por supuesto tampoco precio de la misma. Tan sabrosos que saben los cangrejos y tan sabios que salieron.