Tras la ratificación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) por parte de dos de los tres países integrantes del acuerdo –solo Canadá está pendiente de la aprobación del acuerdo–, el panorama se percibe más nítido para las empresas que operan en la región. Pero las reglas aprobadas suponen una suerte de arma de doble filo para industrias como la automotriz, que debe tener cautela en sus operaciones para beneficiarse del nuevo tratado.
Bajo las reglas del T-MEC, un vehículo estará libre de aranceles cuando cumpla cuatro condiciones: que 75% de su contenido provenga de la región de Nortamérica (México, Estados Unidos y Canadá) –un incremento importante desde el 62.5% que requería el TLCAN–, y que de 40% a 45% del valor del vehículo sea producido por trabajadores que perciban al menos 16 dólares la hora.
Además, 70% del acero y del aluminio deberán provenir de la región de Norteamérica y algunos componentes esenciales como el motor y la carrocería deberán tener un valor de contenido regional de 75%. Las reglas serán aplicables en su totalidad durante los primeros siete años para los vehículos ligeros, y en un plazo de 10 años para los vehículos pesados.
Aunque las reglas de comercio en la región tienen el potencial de beneficiar a todos los socios del acuerdo, ahora el reto es contar con la proveeduría necesaria para alcanzar los niveles de contenido regional requeridos, para lo cual las ensambladoras tendrán que invertir, cuidando no traspasar el costo de ello al consumidor. Es decir, sin que implique un alza en los costos de los vehículos.
La firma HR Ratings considera que, en un escenario positivo, las ventas de vehículos domésticos dentro del T-MEC aumentarían, con un valor agregado regional mayor y un incremento de este en los Estados Unidos. “Incluso en un escenario en el que México pierda participación en el valor agregado regional, podría ser mitigada como consecuencia de las mayores ventas en el agregado”.
Sin embargo, contrasta, “en un escenario menos optimista, todos los socios podrían perder como consecuencia de los cambios que incrementarían el costo de un vehículo regional, haciendo más competitivas a las importaciones aun con los aranceles actuales”.
via CNNExpansión