Si usted ha comprado o vendido un auto en los últimos años, sabrá que el documento más importante para concretar la operación es la factura del vehículo.
En México, la factura había servido al mismo tiempo como comprobante de una operación mercantil así como un título de propiedad. Este documento además es retenido por una entidad financiera o bancaria mientras se liquida un crédito automotriz o como garantía.
En el caso de operaciones entre particulares, basta con un endoso en ese papel para ceder los derechos y obligaciones de una unidad.
Pues bien, debido a las modificaciones en las operaciones y obligaciones fiscales, las facturas impresas dejarán de existir el último día del 2012 y su lugar será tomado en forma definitiva por el Certificado Fiscal Digital.
En cualquier otra operación no existe la complejidad como en la compra venta de autos por la dualidad de valor o representación que tiene la factura de un auto en México.
Para enfrentar esta situación, y ante la ausencia de un registro público vehicular actualizado y confiable, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Autos, mejor conocida como AMDA, ha puesto en marcha desde enero de este año un nuevo esquema.
Generamos en AMDA algo sencillo, vamos a estandarizar una hoja de papel seguridad que sirva para que los distribuidores realicen la primera impresión de ese archivo fiscal en papel seguridad
Guillermo Rosales Zárate, director de relaciones institucionales de la agrupación de distribuidores
«El objetivo de este programa es evitar posibles fraudes a lo largo de este año con las impresiones de certificados fiscales digitales y que podrían confundir a particulares así como entidades financieras o aseguradoras».
Bajo este esquema, los concesionarios automotrices deberán llenar una forma de registro en la base de datos de AMDA para poder recibir el papel con diversos candados, muy al estilo de títulos bursátiles, cheques o vales de diversa índole. Este papel servirá para imprimir por primera vez la factura automotriz al comprador.
De esta manera existirá una factura electrónica para acreditar la operación mercantil de compra venta y un documento impreso en el papel seguridad que servirá para demostrar la propiedad del vehículo.
«A pesar de que el CFD se imprima en diversas ocasiones, solamente existirá uno que acredite propiedad en el papel seguridad con las correspondientes medidas verificadoras de autenticidad», detalle el directivo.
«Este documento es el que van a aceptar las entidades para dar fe de la propiedad de un vehículo, esto dará certeza para que las operaciones sean lícitas».
Pero el esfuerzo de la AMDA no queda en un papel, ya que para respaldar la información que representará el nuevo documento, ha desarrollado una plataforma informática en la cual se encontrarán los datos de cada uno de los concesionarios que operan en México, así como los datos de las unidades que sean vendidas.
Con el paso del tiempo este modelo avanzará hasta formar una base de datos confiable para entidades financieras así como para particulares.
Lo ideal, explica Rosales Zárate, es que una entidad gubernamental desarrolle y opere una base de datos que sirva como lo hace el Registro Público de la Propiedad, pero ante la ausencia de un registro vehicular moderno y confiable, los participantes de la industria tendrán que ingeniárselas.
«De que sirve que estemos generando información a un registro y que si no lo hacemos enfrentamos multas escandalosas, si al final ni los bancos ni los distribuidores pueden tener información, certeza o validación del mismo», aclara.
«No existe certidumbre hacia cuándo se vaya a modernizar el registro actual, sin embargo se sigue emitiendo esa información para evitar multas que van desde 30 a 60 mil pesos por no presentar un aviso».
Esta nueva medida es pagada por los diferentes distribuidores en México y sus costos son considerados como una inversión para una mejor operación en el futuro.
«El costo se diluye entre toda la cadena, es una inversión a largo plazo de tal suerte que sea autosuficiente, que los ahorros que se generan como consecuencia de las economías de escala, compensen la inversión», detalla Rosales Zárate.
De acuerdo con el directivo, aún hay mucho por hacer ya que apenas se lleva un 12 por ciento de mil 400 distribuidores en México registrados en la nueva plataforma informática.
«El reto también es interno, iniciamos con un registro del 12 por ciento, pero va creciendo aceleradamente, ahora cada mes avanzamos fuerte, la diferencia entre febrero y marzo fue de un 40 por ciento de registros», expresa.
«Esperamos cerrar el año con dos terceras partes de los mil 400 distribuidores que existen correspondientes a 42 marcas que operan en México».
En cuanto a las operaciones correspondientes a motocicletas nuevas, el directivo aclara que por el momento no forman parte de este esquema, pero tienen contemplado en el mediano plazo extender los beneficios a los concesionarios de motocicletas que se integren a la AMDA.
Así que si va a comprar un auto nuevo, lo ideal es que reciba uno de estos nuevos documentos, pero en especial tenga cuidado en operaciones futuras de compra venta ya que podrían sorprenderle con el endoso de una impresión adicional del Certificado Fiscal Digital.