El año pasado la empresa automotriz Ford había anunciado que pondría una planta mas en México dedicada exclusivamente a la producción de su nuevo Focus. Todo bien hasta que llegó Mr. Trump al poder y amenazó con imponer tarifas a quienes compraran automóviles producidos en México.
El final de la historia es que ahora la producción se moverá a una nueva planta en China desde donde se importará ese vehículo a la unión americana. Al final de cuentas lo único que obtuvo el Sr. Trump es importarlo de otro lado, nada que ayude al pueblo estadounidense y dejó a México sin esos mas de 4,000 plazas de trabajo directas. ¿Será el final de la historia para quienes compramos automóviles de esa marca en nuestro país?
via NYT