Aparte de ser uno de los mas grandes directores automotrices ahora sabemos que Carlos Ghosn es un buen diplomático entre otras cosas. Resulta que a principios de año la empresa francesa Renault compró una participación del 25% en el fabricante ruso OAO Avtovaz. Todo iba muy bien hasta que apretó la crisis y entonces Putin les pidió que invirtieran mas dinero en ella, a lo cual Renault se negó, Putin contraatacó diciendo que haría una oferta pública de acciones lo cual diluiría la participación francesa. Aquí es donde entró «el colmillo retorcido» ya que prometió Ghosn poner su parte en tecnología si el gobierno ruso ponía rublos. Asi que ahora siguen de amigos, Renault conserva su porcentaje, y consigue vender tecnología de un solo plumazo que los rusos utilizarán a mediano plazo. Un excelente arreglo para todos.