Brasil y México firmaron hoy un acuerdo para prorrogar por cuatro años el sistema de cuotas que, desde 2012, rige el comercio automotriz bilateral entre los dos grandes productores de vehículos de América Latina.
El acuerdo establece que a partir del 19 de marzo de este año los dos países comercien por valor de mil 560 millones de dólares anuales vehículos y autopartes libres de impuestos, y superada esta cifra se aplica un arancel, según datos divulgados hoy tras la firma del pacto en Río de Janeiro, a la que asistió el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo Villarreal.
Las cuotas serán incrementadas anualmente un 3.0%, por lo que se establece que en 2015 el volumen comerciado sin aranceles sea de mil 560 millones de dólares y en 2019, en el último año del acuerdo, que va de marzo de 2018 a marzo de 2019, éste sea de mil 704 millones de dólares.
De acuerdo con información de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) las cuotas vigentes para el periodo 2015-2016 si bien serán 3.9% superior a la que se fijó en 2012 cuando inició este procedimiento, resulta 8.1% inferior a la que se tuvo para el ciclo 2014-2015 y que finaliza el próximo 18 de marzo.
Otra de las novedades del nuevo acuerdo es que la distribución de las cuotas recaerá en un 30% en el país importador y un 70% en el exportador, mientras que anteriormente ello recaía en un 100% en el exportador.
En una ceremonia en la que, además del secretario Guajardo Villarreal, participaron los ministros brasileños de Relaciones Exteriores, Mauro Viera, y de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Armando Monteiro, la prórroga de las cuotas fue justificada por las dificultades por las que pasa la economía brasileña, con especial énfasis el sector automotriz.
“El acuerdo da certidumbre al comercio bilateral, lo que es apreciado. Hay que recordar que el 46% del comercio entre Brasil y México son autos y autopartes”, explicó Guajardo Villarreal en el Palacio Itamaraty, antigua sede central del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
Tras dos semanas de intensas negociaciones en Brasilia y Ciudad de México, las partes llegaron ayer a un acuerdo para un nuevo protocolo adicional –el quinto- en el marco del Acuerdo de Complementación Económica No. 55 (ACE 55).
Contrariamente a lo afirmado en el cuatro protocolo, que expira el 18 de marzo de este año, los dos países no vuelven al libre comercio automotriz, como quería México y los sectores privados, sino que se prorroga el sistema de cuotas.
Ello se debe, fundamentalmente, a las enormes dificultades por las que pasa el sector automotriz en Brasil y que son consecuencia, entre otros aspectos, de la desaceleración económica del gigante sudamericano y de la falta de competitividad de su sector industrial, lo que impide a las montadoras brasileñas el acceso a mercados exteriores.
“El acuerdo tiende un puente de equilibrio en la coyuntura actual, ya que el mercado doméstico en Brasil vive un momento de contracción”, explicó el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño, Armando Monteiro, quien admitió que existen “asimetrías en el comercio bilateral automotriz”.
“No estamos en contra del libre comercio, no excluimos que ello se produzca en un horizonte futuro, pero ahora existen asimetrías. El nuevo período de cuotas dará margen a Brasil para mejorar esta situación”, agregó.
De esta forma, el ministro brasileño hacía referencia a las dificultades que enfrenta el sector automotriz en Brasil, donde la producción, las ventas y la exportación llevan meses cayendo con fuerza, mientras México acumula cifras récord de producción, impulsado por las exportaciones a Estados Unidos y Canadá.
La profunda desaceleración del sector automotriz en Brasil provocó ya más de 13 mil puestos de trabajo recortados, mientras la industria sigue acumulando datos negativos y sufrió en febrero una caída de la producción del 29 por ciento y de ventas del 27 por ciento.
Lejos de ser una situación puntual, el repliegue de la actividad en el sector acumula meses de datos negativos, lo que provocó que el país sudamericano perdiera en favor de México el rango de mayor productor de autos de América Latina en 2014, lo que previsiblemente se repetirá en 2015.
En este escenario, preocupaba especialmente en Brasil que, ante la alta competitividad de los autos y autopartes mexicanas, así como de la complementariedad de ambos sectores automotrices, el libre comercio provocaría un pronunciado aumento de las importaciones de vehículos mexicanos y su consiguiente desequilibrio en la balanza comercial.
México mantiene desde 2011 un superávit comercial con Brasil. El año pasado el balance positivo para México fue de mil 693 millones de dólares.