Jonathan Klinger trabaja para una compañía de seguros en Estados Unidos y por lo que se ve le va muy bien ya que de vez en cuando compra algunos automóviles antiguos para repararlos. Uno de los que encontró fue un Ford Modelo A Tudor Sedán el cual compró via Internet a una pareja que lo había cuidado a lo largo de los años. No estaba en perfectas condiciones, pero tampoco era una ruina, lo importante es que al ser un modelo Ford puede encontrar la gran mayoría de las piezas aun en stock, una característica de la marca.
Sin embargo quiso ir un poco mas allá y decidió que lo mejor era tomar el automóvil de 4 cilindros y 40 HP para su uso diario por 1 año. Nieve, hielo, calor y todo ha soportado hasta el momento y la aventura se puede seguir en su página web, donde se muestra muy complacido del resultado hasta ahora.
Un Ford siempre será un Ford.